domingo, 6 de mayo de 2012

2 Leyendas urbanas

"La invitación"

Resulta que en una ocasión venía un muchacho por un camino de terracería muy contento porque se iba a casar, alegre, invitando a cuanta persona veía en el camino a su casa... En una de estas vio lo que parecia una piedra o pelota en el camino y de tan gustoso que iba la pateó y le dijo: "te invito a mi boda". Después se fijó y miró (vio) que lo que había pateado era un cráneo.

Él pues no le tomó importancia. Al cabo de unos días él se casa y organiza una súper fiesta, de pronto alguien llamó a la puerta. Era un tipo bien vestido, más bien parecido a un cacique, educado, algo inusual por aquellos rumbos, y le dice al encargado de la puerta "déjame entrar". Él desconcertado le pregunta que quién es. El tipo le dice "Háblale al novio, él me conoce"...
Le hablan al novio y le dicen que en la entrada lo busca una persona. El novio al verlo le dice "¿Usted quién es? No creo conocerlo, por favor retírese"... El tipo le dice "¡¡Claro que me conoces!! La otra vez me invitaste a tu boda ¿no recuerdas? ¿no recuerdas que hasta me pateaste?"
El novio no lo podía creer se quedo paralizado y no supo que hacer.
Analisis: 
Y por aya cuentan que después de eso se volvió algo loco y jamás volvió a jugar con la muerte.

"La chica del barranco"

Se cuenta que una noche (de esas particularmente tétricas) una joven de 15 años iba caminando por la calle, cuando en un cruce aparecieron dos tipos que la violaron y ella, por la vergüenza que sentía de si misma, decidió acabar con su vida arrojándose a un barranco.
Los padres de la chica la buscaron como locos, pero no encontraron nada -es como si se la hubiera tragado la tierra- decían sus padres. Así pasaron dos semanas y nada. Pero un día su madre, (que en realidad parecía más la hermana de la chica ya que quedó embarazada de ella a los 14 años) iba caminando por el mismo rumbo donde su hija fue violada, e iba llorando desconsolada, tan triste que no se dió cuenta de que empezó a seguir un sendero que acababa en un barranco.
Cuando dió un paso más la señora resbaló y alcanzó a sujetarse de una rama. Empezó a rezar pero sus rezos fueron interrumpidos porque una figura apareció adelante de ella ayudándole a subir. La señora quiso agradecerle a su salvador, pero cuál fue su sorpresa al ver que era ¡su hija!
La señora la quiso abrazar, pero su hija se hacía para atrás. La señora le preguntó:
- ¿Por qué te fuiste? 
Pero su hija no hizo más que llorar, aunque le tomó la mano a su madre mostrándole lo mucho que sufrió la noche en la que desapareció. Su madre rompió en llanto y se echó a correr a por su esposo para contarle lo que había pasado.
Al siguiente día fueron a buscar el cuerpo de su hija para enterrarla y ofrecerle una misa. Pero al estarla enterrando, la señora empezó a acordarse de lo que había vivido su hija (y vio al cogerle la mano), y al voltear vio el fantasma de su hija llorando, y desde entonces se rumorea que en ese barranco se ve a una muchacha que empieza a caminar y de repente se avienta (tira)... escuchándose un grito aterrador.

Analisis:
Varias personas la han visto y han tratado de detenerla pero nunca la pueden detener, se piensa que la chica no abandona ese lugar porque se siente culpable por todo el sufrimiento que le ocasionó a su madre.

Estas leyendas, historias ò mitos me los contaron mis abuelos, sucedieron en Guanajuato.

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